El Curich. Un poco de historia sobre el legendario local: Don Nicolás Curich fundó hace 65 años, en Tumbes, y hace 30, en Lima, un templo donde se rinde culto a las frutas de todas las regiones del Perú.
Actualmente, son los hijos y nietos de don Nicolás quienes atienden a la sedienta clientela, por lo que siempre encontrarás a una Curich en la barra del local. Hay cremoladas de sabores tan variados como el durazno, piña, guanabana, sauco, aguaje / leche, tumbo, camu camu, y para los que quieran continuar el ritual etílico, están las de pisco sour, piña colada y refresco del cura, hecha con uva macerada. tal es la acogida del Curich que en época veraniega llegan a vender entre 700 a 800 cremoladas en solo un día. Pero no te sorprendas por esa cifra está a punto de triplicarse. Este año Troika Curich, una de las herederas de este gélido imperio, ha iniciado una nueva aventura con sus cremoladas en el balneario de Eisha.
El público ha respondido de la mejor manera y las ventas van de maravilla, porque, vamos, qué mejor una buena cremolada para sentirnos más felices. De hecho, la apertura del local en Asia ha sido catalogada como la mejor del año en le Boulevar. Ya no tienes excusa. En Lima, Asia, Trujillo, dale una tregua al calor haciendo una fría y deliciosa parada.